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viernes, 1 de agosto de 2008

No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Clic en la imagen para ver los documentos.

Día 5 de julio de 1999: Remito carta al Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón en la que denuncio los graves delitos de Belver de los Horrores y la falta de actuación de las instancias judiciales de la provincia de Huesca. Recibo la callada por respuesta. ¿Han perdido también aquí las leyes?

Día 6 de julio de 1999: Me acerco al Cuartel de la Guardia Civil de Belver y presento otra denuncia (y van tres) contra las Instituciones Aragonesas, especialmente contra la Audiencia Provincial de Huesca y sus monaguillos del Juzgado de Instrucción de Fraga, dejando claro el nuevo delito que me han achacado (quema de un coche), el “espacio” de la finca por el que me obligan a ceder el paso a los vecinos (Soldevilla Bardají y Fiestas Lorda) sin haberlo interdictado y, por lo tanto, sin haber realizado juicio alguno, y sobre los delitos cometidos con los difuntos de la Iglesia comentando que ni en la ex-Yugoslavia, durante su guerra fratricida, se cometieron actos semejantes.

Día 7 de julio de 1999: Telefónicamente nos comunica nuestro abogado de Fraga, Ramón Villas Espitia, que el eximio juez del Juzgado de Instrucción de Fraga, con toda su maquinaria de bolígrafo y excavadora, subirá a nuestra finca, al “espacio” no interdictado, a seguir haciendo de las suyas. Mi respuesta es que allí dejaré mi tractor ya que, al no haber sido enjuiciado, nada pueden hacer allí.

Día 8 de julio de 1999: Envío al Presidente de las Cortes de Aragón, José María Mur Bernad, del mismo partido que el anterior, Emilio Eiroa García (el PAR, mi “propio” partido), una carta en términos semejantes a las anteriores, ya que él es conocedor de todos los hechos. La respuesta, otra callada.

Día 12 de julio de 1999: El mismo día en que suben los del Juzgado de Instrucción de Fraga a delinquir en el “espacio” que ellos mismos crearon en nuestra finca (para tenerme cogido de juicio en juicio) envío una carta al Presidente del Tribunal Supremo de Madrid explicándole mi situación, los delitos cometidos, los implicados de Belver y las instancias judiciales oscenses, y los insultos que vertió el ínclito abogado Emilio Rubio Carretón, por dos veces, en la Audiencia Provincial de Huesca, dejándole bien claro la clase de Terroristas que son y recomendándole al Juez Garzón que busque a los terroristas aquí y no en el extranjero. Cual fue mi sorpresa al ver que las leyes tampoco se aplican en el Estado Español, ya que ninguna respuesta, ni favorable ni contraria a mis demandas, se dio a esta carta. Debe ser que sus difuntos no están en un vertedero, ni sus propiedades son asaltadas por jueces, ni se le acusa falsamente de quemar coches, ...

Consecuencia: En todas partes cuecen habas y si en Aragón hay sordos, mudos y ciegos, en el Estado Español, a calderadas.

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