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domingo, 22 de junio de 2008

Prensa +APUDEPA + Guardia Civil = ...?

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Día 21 de febrero de 1999: APUDEPA consigue, al fin,publicar un artículo en el Heraldo de Aragón con “ciertos recortes” tratando el escabroso asunto de los delitos de Belver de los Horrores. A pesar de todo, la longitud del artículo es tal, que el Heraldo se ve obligado a dedicarle una página entera de su edición de este día.

Día 3 de marzo de 1999: Se celebra otra farsa de juicio, esta vez con respecto a las chatarras colocadas en nuestra finca por los Lozano, buenos monaguillos que, por una cena, hacen lo que haga falta; aprovecho la ocasión para entregarle en mano al eximio juez, Ramón Landa Pérez, copia de lo publicado por el Heraldo de Aragón con respecto a los delitos de Belver. No le gustó la idea de sellarme la copia como comprobación de la entrega, pero al final tuvo que hacerlo una secretaria del juzgado. El eximio juez me preguntó: “¿no tienes miedo a que te maten?” (¿Sería esto una amenaza?). Le respondí: “Si tienes que ser tú, cobarde, ya tiemblo” (¿No sería esto un desacato a tan Magna Autoridad?)

Lógicamente, como los delitos que se tratan en el juicio se han cometido contra mí, la sentencia no podía ser otra que la absolución de los denunciados.

Día 15 de marzo de 1999: Envío carta certificada y con acuse de recibo, como hago siempre, al Presidente del Gobierno de Aragón, Santiago Lanzuela Marina. En ella, adjunto un original de la edición de 21 de febrero de 1999 del Heraldo de Aragón, por si no ha sido conocedor de su contenido. En los márgenes le escribo una serie de epígrafes, numerados del 1 al 7, para ver si así proceden contra mí para poder destapar de una vez todo lo que se ha ocultado y se sigue ocultando. Al parecer, mis invectivas no son suficientemente irrespetuosas ni ofensivas; ¿será que lo que se ha hecho es mucho más grave y vale la pena “no meneallo”?

Día 24 de marzo de 1999: Se persona en Belver de los Horrores una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil para tomarme declaración respecto de los muertos de la Iglesia y las chatarras vertidas en nuestra finca por los Lozano, ya que ni los muertos pueden estar tirados en un vertedero (ley de Patrimonio), ni las chatarras pueden estar en mi finca sino que su lugar es una chatarrería. Me comunican que harán el correspondiente atestado, el cual no prosperó en ninguna instancia judicial.

sábado, 14 de junio de 2008

Lanzuela ¿Presidente?

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Día 19 de enero de 1999: Le escribo carta al Presidente de Aragón, Santiago Lanzuela Marina, para que deje de marear la perdiz y ocultar los delitos contra el Patrimonio Histórico en la Franja Catalano-aragonesa, por más que estén reclamando un Patrimonio a Catalunya que sabe muy bien que es irreclamable con delitos como los de Belver de los Horrores. Él es conocedor de que tiene que aplicar las leyes de Patrimonio.

Día 28 de enero de 1999: Recibo carta de Presidencia del Gobierno de Aragón, fechada el 27 de enero, en la que se me responde, no agradeciéndome, esta vez, la defensa que hago del Patrimonio Histórico, sino escurriendo el bulto, indicando que el problema que le planteo es un “litigio entre particulares” !!!, y que además está “sub-iudice”..., Y sigue estando pendiente de ACTUACIÓN judicial pues, los mismos jueces, han dejado prescribir o han archivado TODAS las denuncias que sobre este tema se han interpuesto, porque los jueces de la Audiencia de Huesca sólo pueden aplicarse la Ley de Patrimonio a si mismos.

Día 8 de febrero de 1999: Respondo la carta de Santiago Lanzuela, propia de un estado “bananero” que no tiene más que ocultar delitos, ahora ya de una forma contundente.

También escribo y envío documentación al periódico “ABC”, del cual no recibo respuesta aunque sí el acuse correspondiente, y a “La Razón” de la que no recibo ni el acuse de Correos.

Día 4 de febrero de 1999: Recibo citación para declarar ante el Juzgado de Instrucción de Fraga por la denuncia que presenté por las chatarras que mis vecinos colocaron en nuestra finca

sábado, 7 de junio de 2008

Otro invento del insigne

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Día 8 de noviembre de 1998: Nuevamente delinquen en nuestra finca por medio de José Lozano Nasarre y su hijo, José Antonio Lozano Mestre. Me insultan y me amenazan con respecto a las chatarras que habían colocado en nuestra finca. Lo denuncio ante la Guardia Civil de Belver, sabiendo que será archivada y hecha prescribir, tanto por el Juzgado de Instrucción de Fraga como por sus amos de la Audiencia Provincial de Huesca.

Día 20 de noviembre de 1998: Le envío carta de respuesta a Ana Grande Oliva a propósito del interés del Gobierno de Aragón por el futuro de mi Patrimonio Documental y Bibliográfico. Le comunico que yo, como mis antepasados, lo conservo con sumo esmero y cuidado porque sé que “los pueblos que olvidan su pasado serán esclavos de su futuro y hoy por hoy no puedo confiar en ninguna autoridad ni Administrativa (DGA, etc.), ni Eclesiástica, ni mucho menos en las Instancias Judiciales de Aragón ante los hechos acaecidos tan impropios de un Estado de Derecho, que me hacen poner en duda este Estado de Derecho: asalto, saqueo y profanación de la Iglesia de Belver y todos los demás delitos que se han cometido y se siguen cometiendo.

También me comunica mi abogado que hoy declara en Fraga el insigne inventor de aparatos y delitos, Juan José Soldevilla Bardají. Al parecer a propósito de una denuncia que interpuso contra mi, de los delitos que él comete en nuestra finca, amparado por el ínclito abogado de Fraga, Emilio Rubio Carretón. La documentación de la denuncia y atestado no se me entregó. Según su declaración yo impedí su paso por el camino que da acceso a nuestra finca enclavada, con piedras colocadas en el mismo, que, después de ser fotografiadas por un fotógrafo profesional, que no declaró, desaparecieron para hacerle quedar mal ante el juez. Tarda más de un año en denunciarlo (desde octubre de 1997) y nombra como testigo a otro cazador que “cree” que se llama Julio Senar, quien a parte de cazar, presuntamente, en coto en reserva, tampoco fue llamado a declarar.

Quien sí es llamado a testificar, el día 19 de febrero de 1999, es otro “sobrino”, Jesús Miguel Soldevilla Bernat (lo que hace tener una familia amplia), hijo de un primo hermano, quien manifiesta que el año pasado fue amenazado por mi, de forma directa e indirecta (a través de terceros). ¿Por qué no me denunció en su día? También declaró que por terceras personas, que no cita, tiene conocimiento que a otro tío suyo, José Delpui Laveira, le dije que sabía utilizar muy bien una guadaña, que, según él, siempre debo de llevar a punto en el tractor por si las moscas, y que al que pasara por el camino .... (¿qué camino?, ¿que le haría con la guadaña?).

También testifiqué yo, el 14 de diciembre de 1998, limitándome a negar los cargos, ni puse ni quité las piedras, ni amenacé de muerte a nadie. Ante la insinuación de haber retirado las piedras al conocer la denuncia, me remití a mi negativa anterior: ni las puse ni las quité. Manifesté que me sentía acosado por el denunciante ante tanta persecución con falacias y mentiras sobre mi persona.