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sábado, 30 de agosto de 2008

No todas las manzanas están podridas

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En fecha de 3 de junio de 1999, y a la vista del nefasto trabajo realizado, que yo atribuyo a las presiones recibidas, prescindimos de los servicios de nuestro abogado en Fraga, Ramón Villas Espitia e iniciamos una nueva etapa, aportándoles toda la documentación, con el gabinete de abogados de Lleida, Revés y Costa. La recomendación de este gabinete me la hace un buen “coleccionista” de Antigüedades y Documentos que, según he sabido más tarde, era “conocido” de los Mossos d'Esquadra de Patrimonio y de la Audiencia de Huesca.

El día 23 de septiembre de 1999 les hacemos una importante provisión de fondos para que se ocupen de nuestros casos.

Día 1 de octubre de 1999: Recibo por medio de la Guardia Civil de Belver una citación para que comparezca en el Juzgado de Instrucción de Fraga para una inspección forense. El eximio juez Landa, finalmente, dos días antes de no aparecer por la visita del psiquiatra de Fraga, Doctor Bañeres, comienza el proceso tal como hubiera tenido que desarrollarse de buen principio. Lamentablemente, ni él ni su Secretario se acordaron de firmar dicha citación, por lo cual, y por defecto de forma, no es válida.

Día 15 de octubre de 1999: Me presento en el Juzgado de Instrucción de Fraga y le pregunto al Secretario que dónde está el juez Landa al cual parece habérselo tragado la tierra, y le hago constar al Secretario, que, para que sean válidos los documentos oficiales de cualquier entidad, deben estar sellados y firmados. Me da la razón y se excusa en que ha sido un error a lo que replico que son demasiados errores los cometidos contra nosotros en estos años y que quien delinque siempre comete errores. Me hace una nueva citación para que me presente al médico forense el día 20 de octubre y en el reverso de esa citación, le hago hacer constar que yo me he presentado el día señalado en la citación defectuosa.

Este episodio me confirma que todos los documentos que se han generado en los diferentes procesos judiciales que nos han afectado y que nos han sido remitidos sin sello, sin firma o sin ninguna de las dos cosas, hubieran podido ser rechazados por nuestros abogados por carecer de validez, cosa que nunca hicieron. Además, nunca he sabido cual es el “Proc. Abreviado 0/1998”.

Día 20 de octubre de 1999: Me presento ante el Médico Forense de Fraga, y para mi sorpresa, resulta ser, a mi entender, una persona competente, sin ideas preconcebidas y eficiente en su oficio. Ante esto, hablamos largamente de la situación que me atañe y, finalmente, le entrego una bolsa con restos óseos recogidos en el vertedero de Belver de los Horrores, que para el caso había traído, para que pueda comprobar su antigüedad y procedencia.

Evidentemente, en ese momento, no puso mi “salud mental” en entredicho.

domingo, 24 de agosto de 2008

Psicosis

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Día 15 de julio de 1999: Con arreglo al compromiso adquirido el día 13 de julio con el eximio juez Landa, conforme a que si yo iba voluntariamente al psiquiatra, él se encargaría de recoger los muertos del vertedero, me presento a la consulta del psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Fraga, José María Bañeres. Como no tenía concertada visita previamente, me hacen aguardar en la Sala de Espera. Cuando el doctor tiene un momento, sale del despacho y me pregunta quién me ha enviado a su consulta. Ante mi respuesta de que ha sido el juez Landa, me corrige diciendo que “habrá sido el médico forense del Juzgado, ya que el juez no tiene atribuciones”. Yo me ratifico en la afirmación de que ha sido el juez Landa y que no me ha visitado ningun médico forense, cosa que le asombra y no comprende. Me hizo pasar a su despacho y le estuve explicando las causas por las cuales me encontraba allí. Finalmente, aunque no hallaba motivos para tener que tratarme, me concertó una visita para el día 19 de agosto.

Día 19 de agosto de 1999: Los muertos siguen en el vertedero, por tanto el eximio juez no ha movido un dedo. A pesar de ello, acudo a la visita del Doctor Bañeres y, curiosamente, su actitud ha dado un giro de 180 grados, pidiéndome que deje lo de la Iglesia a lo que le respondo: -”Ni lo sueñes, ¿quién te paga, el juez o el ínclito abogado (Emilio Rubio Carretón) o los dos juntos?. Me responde con la concertación de otra visita para el 9 de septiembre de 1999 y me entrega las recetas de los medicamentos que a su parecer yo necesito, junto con un documento para que mi médico de cabecera pueda ir extendiendo todas las recetas que necesite en adelante.

Para quien no lo conozca, el “Zyprexa” es un antipsicótico cuyo principio activo, la olanzapina, está indicado contra los brotes de esquizofrenia, y el “Orfidal” es un tranquilizante ansiolítico cuyo principio activo es el Lorazepam. Ni que decir tiene que no tomé ni una sola de esas píldoras.

Día 28 de agosto de 1999: A las 6:30 h. de la mañana me dirijo a una de mis fincas en la huerta cuando, desde un campo vecino, me disparan con armas de fuego. Por fortuna, al oir la detonación me tiro dentro de mi maizal y no resulto herido. Los agresores se gritan: ”Corre, corre. ¡Le hemos dado!”

Audiencia Provincial de Huesca, especialmente a ti Santiago Serena Puig, su Presidente, Juzgado de Instrucción de Fraga, Gobierno de Aragón, Cortes de Aragón, Diputación Provincial de Huesca, Obispado de Barbastro-Monzón, Ayuntamiento y Comunidad de Regantes de Belver de los Horrores, Canal de Aragón y Cataluña y Mafia de Traficantes de Patrimonio Histórico: No sé cuánto tiempo podréis seguir instrumentalizando las Instituciones Aragonesas y Españolas para ocultar las aberraciones Terroristas cometidas en Belver de los Horrores, pero yo os aseguro que, si realmente existe en España un Estado de Derecho, algún día se dilucidarán vuestras responsabilidades en todos los delitos.

Día 9 de septiembre de 1999: Los muertos siguen en el vertedero y ya constato que el juez Landa no tiene ninguna intención de cumplir su parte del trato, y menos con lo que hicieron el día 28 de agosto de 1999. Me presento nuevamente en la consulta del Dr. Bañeres quien me insiste para que “no hable con nadie de lo de la Iglesia porque me liaré” y que lo deje en manos de mi abogado y de la Chunta Aragonesista. Me pregunta si me he tomado las pastillas. Le respondo que no sabe de lo que habla y que las pastillas ni me las he tomado ni me las tomaré. “Os hacen más falta a todos vosotros”. Me apunta unas indicaciones de posología de las píldoras en el reverso de la Receta para el médico de cabecera y me convoca para el día 30 del mismo mes. Le contesto que no me espere, que no voy a volver más y que se lo comunique al farsante de Landa para que me cite él si sabe. Me avisa de que me pueden encerrar. Le replico que nadie tiene fuerza moral para ello después de los delitos cometidos por unos y otros y que a todos ellos se les tendría que encerrar para que dejen en paz a muertos y vivos.

domingo, 17 de agosto de 2008

... Y Marcelino gana las elecciones ¿qué saldrá?

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Día 2 de agosto de 1999: Toma posesión como Presidente del Gobierno de Aragón Marcelino Iglesias Ricou, del PSOE, sucediendo a Santiago Lanzuela Marina, del PP. Este mismo día escribo la carta que le envío el día 3, esperando que este individuo y su Gobierno apliquen la ley de Patrimonio al caso de Belver, y por inercia a los demás pueblos de La Franja Catalana que han sufrido la misma situación, a pesar de los problemas que esto les puede suponer en sus absurdas y nada documentadas reclamaciones de Patrimonio a Catalunya (tema del Museo Diocesano de Lleida, bienes del Real Monasterio de Sijena, etc.).

Día 12 de agosto de 1999: Recibo respuesta a mi carta del día 2, firmada por el Jefe de Protocolo y Relaciones Públicas de la Diputación General de Aragón, Tomás Solans Gistau. En ella se me comunica que mis duras palabras contra las Instituciones han sido trasladadas al Consejero de Cultura y Turismo, Javier Callizo Soneiro para que éste estudie los motivos de mi “inquietud acerca de la conservación del Patrimonio Histórico aragonés”. Dado que en la carta me refería a las Instituciones aragonesas políticas y judiciales como “terroristas de guante blanco”, ¿como no se trasladó esta carta a la Fiscalía para proceder contra mí o contra sí mismos por implicados?

Aún estoy esperando los resultados del “conocimiento y los efectos que estimó” el señor Callizo.

Día 21 de septiembre de 1999: Remito carta, por enésima vez, al Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, ex-fiscal de la Audiencia Provincial de Huesca en la que aún actúa en ocasiones especiales, adjuntándole copia “comentada” de dos de sus respuestas anteriores y otros documentos oficiales, para que vea que he actuado siguiendo las indicaciones que en ellas me daba, con el fin de pedirle nuevamente que actúe conforme a las leyes de Patrimonio (española y aragonesa) y termine la persecución constante contra nosotros y nuestras propiedades, ya que su Corporativismo nunca podrá contra nuestras convicciones.

Día 5 de octubre de 1999: Recibo respuesta del Justicia de Aragón en la que me comunica que se inhibe de cualquier actuación amparándose en el hecho de que el caso está aún bajo procedimiento judicial “ante el juzgado correspondiente”. ¿Qué juzgado era ése?

En Huesca, como en Fraga, los procedimientos se archivan o se hacen prescribir, y a cada una de mis denuncias se responde con toda clase de delitos y falsas acusaciones en mi contra. El caso de la Iglesia fue archivado definitivamente por el eximio juez de instrucción de Fraga para evitar al contribuyente una “costosísima investigación que no se justifica por meras sospechas” el día 25 de septiembre de 1998.

¿Como va a defender al ciudadano aragonés un Justicia que tiene tan “pésimas fuentes de información”?

viernes, 8 de agosto de 2008

El juez: arte y parte

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Día 12 de julio de 1999: Tal como se me había comunicado por mi abogado de Fraga, se presenta a mi finca el eximio juez del Juzgado de Instrucción de Fraga, Ramón Landa Pérez, con la máquina excavadora a delinquir en el punto de mi finca que ahora llaman “espacio”, que en su día no interdictaron ni enjuiciaron, para seguir abriendo un camino ilicito.

Previamente, por la mañana, dejo mi tractor en ese punto, con unas cuartillas escritas de mi mano y letra dentro de la cabina convenientemente cerrada con llave, tal como se lo había comentado a mi abogado. En esos papeles, les dejo bien claros los delitos que están cometiendo y que no conseguirán acallar mi voz con respecto a los expolios de Patrimonio Histórico. Una vez hecho esto me voy, andando, a otra de mis fincas, donde tengo gente trabajando, y por el camino veo a ciertos individuos que parecen estar escondidos a la espera de acontecimientos.

A media mañana, la Guardia Civil se persona en la finca donde yo estoy trabajando, notificándoles uno de mis trabajadores que yo me encontraba allí. Comprueban que mi coche está en el almacén y se van sin hacer más.

A las dos de la tarde me voy a casa a comer y mi hermano me comunica que la Guardia Civil pide que me pase por el Cuartel. A las cuatro y media voy al cuartelillo y me comunican que, por orden del juez Landa, estoy detenido.

Pregunto de qué se me acusa.

Me dicen que de rajar la rueda de su coche (del juez) y por los carteles que puse dentro del tractor.

Me preguntan a quién quiero que se notifique mi detención.

En un principio les digo que a mi hermano, pero cuando iban a empezar a escribir, cambio de opinión y les digo que notifiquen mi detención al Delegado de Cultura de la Generalitat de Catalunya en Lleida, Sr. Francesc Vidal i Codina. Automáticamente me pasan a otra habitación y, al cabo de media hora, me comunican que me han de trasladar al Cuartel de la Guardia Civil de Fraga donde levantan una ficha con mis huellas dactilares y mis fotografías, encerrándome luego en uno de los calabozos de dicho Cuartel.

Mi abogado, Ramón Villas Espitia, debe de estar “indispuesto”, puesto que no se presenta y debo ser representado por un abogado de oficio, Alvaro Enrech Val, el cual se queda estupefacto ante la situación. Paso la noche en el calabozo, negándome a ingerir ningún tipo de alimento ni bebida como protesta ante mi encierro, aunque el comportamiento de la Guardia Civil fue correcto en todo momento.

Día 13 de julio de 1999: Sobre las 9:30 de la mañana se me traslada al Juzgado donde me está esperando el eximio juez Landa. Lo primero que le pido es ver la rueda de su coche, a lo que no accede. Sin embargo me propone que vaya voluntariamente al psiquiatra del Hospital de Fraga y él, a cambio, dilucidará responsabilidades y se compromete a hacer recoger los restos de los muertos que están en el vertedero. Le firmo el papel que me presenta, sin tan siquiera leerlo y le digo: ”Escribe lo que te dé la gana, que no me vais a amedrentar”. Lo pongo a caldo delante de los dos agentes de la Guardia Civil que me acompañan para que ordene mi prisión, cosa que no hace y me dice que me vaya, que lo volveré loco y me entrega un Auto de Libertad Provisional en el que no constan ni el Juzgado que lo expide, ni el número del expediente que se incoa, ni el nombre del juez que lo dicta, ni el correspondiente sello que lo autentifica.

Al margen de las irregularidades del Auto de Libertad Provisional (aún no he recibido la Libertad Definitiva), ¿cómo puede el juez Landa ser a la vez demandante, testigo y juez? ¿Por qué no continuó este proceso? ¿Por qué se me han negado expresamente la documentación de este proceso y de otros que me atañen? ¿Por qué el abogado de Fraga, que se inhibió totalmente, le comunicó a mi hermano, el 1 de septiembre de 1999, que lo sucedido en el coche del juez Landa fue un pinchazo accidental y no una rajadura voluntaria?

Estoy esperando aún ver la rueda de ese coche.

Cuando llego a Belver de los Horrores me llevo la desagradable sorpresa de que el apero de labranza llamado cultivador, que la fiscal movía con tanta facilidad, ha sido incautado por los jueces y trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Belver. En la actualidad ignoro dónde se encuentra. A buen precio les saldrá el “depósito” de ese apero el día que se haga Justicia.

Tal como el Notario de Albalate de Cinca, Don Enrique Peña Félix, DA FE en el Acta Notarial expedida el día 23 de marzo de 1995, el camino que da acceso a nuestra finca enclavada desde el Camino Viejo de Valonga termina diez o doce metros antes de llegar al término de la finca de los hermanos Soldevilla Bardají (ya que estos nunca antes habían utilizado ese acceso) y como muestra el Vuelo Catastral de 1 de enero de 1955, cuando las fincas aún eran de secano (la nuestra es la que está marcada con el número 60 [repartida en cinco fajas; a, b, c, d y e] y la de los Soldevilla la número 62) ni hay camino ni hay acequia. Las fajas de color más claro de nuestra finca (a y c) corresponden al terreno cultivado en ese momento y las más oscuras estaban de erial.

Es a partir de 1960, cuando se construye la Acequia General de Riego de Planas Altas, que se nos da el camino de acceso a nuestra finca por estar enclavada. Si cuando se hizo dicha Acequia, no se construyó un puente, significa que tampoco en 1960 ni con posterioridad hubo ningún camino que pasara por donde los jueces interdictan ni por el llamado “espacio” que ni siquiera está interdictado.

¿Por qué estos jueces insisten en “actuar” delictivamente con tanta constancia contra nuestra finca?


viernes, 1 de agosto de 2008

No hay peor ciego que el que no quiere ver.

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Día 5 de julio de 1999: Remito carta al Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón en la que denuncio los graves delitos de Belver de los Horrores y la falta de actuación de las instancias judiciales de la provincia de Huesca. Recibo la callada por respuesta. ¿Han perdido también aquí las leyes?

Día 6 de julio de 1999: Me acerco al Cuartel de la Guardia Civil de Belver y presento otra denuncia (y van tres) contra las Instituciones Aragonesas, especialmente contra la Audiencia Provincial de Huesca y sus monaguillos del Juzgado de Instrucción de Fraga, dejando claro el nuevo delito que me han achacado (quema de un coche), el “espacio” de la finca por el que me obligan a ceder el paso a los vecinos (Soldevilla Bardají y Fiestas Lorda) sin haberlo interdictado y, por lo tanto, sin haber realizado juicio alguno, y sobre los delitos cometidos con los difuntos de la Iglesia comentando que ni en la ex-Yugoslavia, durante su guerra fratricida, se cometieron actos semejantes.

Día 7 de julio de 1999: Telefónicamente nos comunica nuestro abogado de Fraga, Ramón Villas Espitia, que el eximio juez del Juzgado de Instrucción de Fraga, con toda su maquinaria de bolígrafo y excavadora, subirá a nuestra finca, al “espacio” no interdictado, a seguir haciendo de las suyas. Mi respuesta es que allí dejaré mi tractor ya que, al no haber sido enjuiciado, nada pueden hacer allí.

Día 8 de julio de 1999: Envío al Presidente de las Cortes de Aragón, José María Mur Bernad, del mismo partido que el anterior, Emilio Eiroa García (el PAR, mi “propio” partido), una carta en términos semejantes a las anteriores, ya que él es conocedor de todos los hechos. La respuesta, otra callada.

Día 12 de julio de 1999: El mismo día en que suben los del Juzgado de Instrucción de Fraga a delinquir en el “espacio” que ellos mismos crearon en nuestra finca (para tenerme cogido de juicio en juicio) envío una carta al Presidente del Tribunal Supremo de Madrid explicándole mi situación, los delitos cometidos, los implicados de Belver y las instancias judiciales oscenses, y los insultos que vertió el ínclito abogado Emilio Rubio Carretón, por dos veces, en la Audiencia Provincial de Huesca, dejándole bien claro la clase de Terroristas que son y recomendándole al Juez Garzón que busque a los terroristas aquí y no en el extranjero. Cual fue mi sorpresa al ver que las leyes tampoco se aplican en el Estado Español, ya que ninguna respuesta, ni favorable ni contraria a mis demandas, se dio a esta carta. Debe ser que sus difuntos no están en un vertedero, ni sus propiedades son asaltadas por jueces, ni se le acusa falsamente de quemar coches, ...

Consecuencia: En todas partes cuecen habas y si en Aragón hay sordos, mudos y ciegos, en el Estado Español, a calderadas.