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viernes, 12 de junio de 2009

Gigantes y Cabezudos

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Foto: Diario del Alto Aragón

Reemprendemos la narración del caso Belver, tras unos días de dedicación a cuestiones familiares ineludibles, con el comentario a unas recientes jornadas que hubieran podido ser de mayor interés:

Se trata de las III Jornadas del la Orden del Temple organizadas por CEHIMO con la colaboración del Patronato de Cultura de Monzón. No las organizan las agrupaciones Neotemplarias que en la actualidad existen, ni, a pesar de coincidir con el 700 aniversario de la toma del Castillo de Monzón a los Templarios por parte de los Terroristas de aquella época, se dedican a la toma del Castillo, sino a teatralizar, una vez más, la llegada de Jaime I al Castillo de la Ciudad.

Y es que es comprensible que los Terroristas actuales, los entes políticos, eclesiásticos y judiciales de Aragón, quieran seguir ocultando, con la colaboración de los medios de comunicación, que los Caballeros Templarios que defendieron ese Castillo se encuentran a día de hoy, para su vergüenza y la de todo Aragón, en el “vertedero” de Belver de los Horrores.

Inauguraron la vertiente cultural de los actos, la concejal de Cultura, Elisa Sanjuán, y el Presidente de CEHIMO, Joaquín Sanz, que presentaron al escritor José Antonio Adell quien dedicó su conferencia al “Proceso contra los Templarios”. Curiosamente, y según las múltiples conversaciones telefónicas que ha mantenido conmigo dicho autor, he de creer que en su charla, al igual que en las que ha ido realizando sobre el tema desde que es conocedor del caso Belver, el señor Adell expuso el destino final de los Caballeros procesados: una finca rústica donde se cultivan cosechas que se nutren de todos los difuntos que allí fueron tirados después de ser convenientemente expoliados. Sin embargo, el imparcial Diario del Alto Aragón, a pesar de resumir la conferencia del escritor, omite este diminuto detalle (*).

El colofón de estas jornadas fue la ofrenda floral dedicada a Guillem de Mont-Rodón (Tutor de Jaime I) por el pueblo de Monzón por medio de la persona de su alcalde, Fernando Heras Laderas, el día 23 de mayo de 2009. La ofrenda consistió en una corona de laurel depositada junto a la estatua que representa al venerable Señor de Mont-Rodón aunque la fecha no tuviera una especial relevancia en la vida de ese Caballero Templario ni en el de su pupilo, el Rey Jaime I. Según indica el Diario del Alto Aragón en 3 lineas, casualmente el día 24 se cumplía el 700 aniversario de la toma del Castillo y del aprisionamiento de sus defensores vivos, encabezados por el Comendador Berenguer de Belvís. También, casualmente, dicho Comendador de la Orden del Temple, tan noble y venerable como su antecesor, no tiene ni una estatua ni siquiera una digna sepultura: se halla junto con doce de sus hombres y muchos vecinos de Belver de los Horrores, diseminado en el susodicho “vertedero”. ¿Por qué no fueron a depositar flores allí? ¿Por qué no se dio permiso para que las organizaciones neotemplarias pudieran darle homenaje en el Castillo de Monzón el mismo día 24 como se le había pedido al “señor” Fernando Heras Laderas? (**)

No emitimos comentarios sobre las funciones y verbenas que tuvieron lugar en la Plaza Mayor, aunque no sean de nuestro agrado, porque ni los actores aficionados ni el resto de ciudadanos de a pie tienen responsabilidad sobre los actos que organizan CEHIMO y el Ayuntamiento.

La parte central de los actos culturales tuvo por protagonista a mi amigo el erudito historiador y sacerdote Francisco Castillón Cortada que dio sendas conferencias los días 20 y 21 de mayo. Como buen conocedor de las peripecias que sufrieron los Caballeros Templarios de los Castillos de Monzón y Chalamera, como involuntario iniciador de todo el caso que nos ocupa y como estómago agradecido de quien le da de comer, ni tan siquiera se molestó en, no ya denunciar el “Caso Belver”, sinó llamar la atención como persona, como historiador y como sacerdote de la impiedad cometida con tantas personas difuntas.

Conocí a este erudito en 1974 cuando el rotativo Comarcal “Ecos del Cinca” publicaba sus artículos sobre la historia de los pueblos de la Comarca. En aquel momento le permití consultar documentos de mi propiedad para sus publicaciones de Belver, hasta que descubrí la “costumbre”, conocida ahora por todos los archiveros de la zona, de garabatear su nombre con bolígrafo en los documentos que consulta (como unas gotas de orina deposita un perro para anunciar su presencia a otro perro o como si una marca de propiedad fuese). Semejante falta de respeto cometía el estudioso con los documentos, que me dediqué a copiar los originales y presentarle copias de mi puño y letra en las que, para mi sorpresa repetía su hazaña. ¿Sólo lo hizo con mis documentos? NO. También lo hizo en archivos de titularidad pública. Como él mismo dice: “Donde hay papeles, callan barbas”.

Si los expertos que manejan el Patrimonio de Aragón son de esa calaña, ¿qué catástrofes no podremos esperar de ellos?



(*) Artículo de F.J.P. En la sección de Cultura del Diario del Alto Aragón de 16 de mayo de 2009.

(**) Artículo de F.J.P. En la sección de Sociedad del Diario del Alto Aragón de 24 de mayo de 2009.

NOTA: En lugar de poner un enlace a las versiones digitales del Diario del Alto Aragón correspondientes, optamos por dar las referencias y que sea el lector el que busque los artículos, ya que hemos observado que, casualmente, todas las noticias que enlazamos “desaparecen” del ciberespacio de forma milagrosa. ¿Serán las brujas de los chips?