Juan de Lanuza, Justicia de Aragón en el siglo XVI, fue ejecutado por defender a un ciudadano aragonés, Antonio Pérez, ex-secretario del rey Felipe II, que había sido acusado de herejía por éste. El anteponer la ley aragonesa a la voluntad y capricho de una persona, el Rey, le costó la vida.
Fernando García Vicente, eternizado Justicia de Aragón actual, no pasará a la historia por un hecho de semejante dignidad.
El señor García Vicente permite que, un ciudadano aragonés de la Franja que denuncia hechos tan graves como los de Belver sea castigado por las instituciones políticas, eclesiásticas y, muy especialmente, judiciales que cometieron los delitos por acción y omisión, con todas las actuaciones que se han ido describiendo en este Blog (con la propia documentación que han generado) y haya tenido que exiliarse, sin mover un dedo ni por los “muertos del vertedero” ni por los de nuestros nichos en el cementerio de Belver ni por las prevaricaciones constantes de la Audiencia de Huesca en nuestras fincas.
Dice el refrán que quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. En este caso, Montserrat Robreño debió arrimarse a mal árbol ya que al defender el caso de los “muertos del vertedero” sufrió consecuencias muy parecidas a las que me ocurrieron a mí: la llamaban por teléfono y cuando contestaba tan sólo oía la radio de fondo, fue seguida de forma que se diese cuenta, tan sólo para amedrentarla y finalmente su ordenador fue intervenido por un hacker (pirata informático) mientras se conectaba a Internet. Todo ello lo denunció y la respuesta que obtuvo fue la misma que yo. “Los hechos denunciados no constituyen delito”.
Sin embargo, ella no se arredró, y siguió en su lucha insistiendo por correo ante el Justicia de Aragón y el Defensor del Pueblo, contándoles con pelos y señales, por qué creía que debían interesarse en los hechos de Belver con arreglo a la Ley de Patrimonio Española y Aragonesa. Se puede decir más alto pero no más claro (ver documento).
Aún espera la respuesta.
Entretanto en el “vertedero” se sigue cosechando trigo.
Si Juan de Lanuza levantara la cabeza que le fue cortada ...
¿Me la podrán cortar a mí?