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miércoles, 30 de noviembre de 2011

El penúltimo de la fila

Clic en la imagen para ver los documentos.

Ya me referí a él en los posts "vamos por la tercera" y "la comunidad de regantes (y3)": Se llama Antoni Andreu i Farràs, es abogado y me sirvió para exactamente lo mismo que los otros dos gabinetes de abogados que había tenido anteriormente; para nada.

Después de unos inicios prometedores en que parecía que se interesaba por resolver mis casos con buenas maneras (me atendió en dos casos de los que no tuve más noticias y, por lo tanto, parecía que podía confiar en él) empezaron las incomparecencias a las citas (a pesar de desplazarme hasta Mollerussa o Balaguer), el no cogerme el teléfono, el estar reunido y hasta el estar de parto.

No sé si fue a cambio del dinero del Estado Terrorista Español o fue amenazado por las pistolas y otras armas que "aparecen" por la autovía de Madrid el caso es que tuve que acudir al Colegio de Abogados de Lleida para intentar recuperar la documentación que se había generado conmigo ya que, al parecer, el hombre no me conocía de nada.

El conflicto, cuyo devenir se puede consultar en la documentación, es muy sospechoso:

¿Cómo puede un abogado arriesgarse a ser sancionado en expediente por falta muy grave por una acción tan banal como restituir la documentación a su cliente y dar la venia para que un nuevo abogado se ocupe del caso?