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sábado, 27 de septiembre de 2008

España, ¿iba bien?


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Día 20 de diciembre de 1999: Envío carta al Presidente del Gobierno Español, José María Aznar López, para ponerlo al corriente del caso Belver; Si la vía judicial no funcionó en Aragón, la vía política aragonesa se mostró igualmente inoperante, y según mi criterio, cooperadora necesaria para encubrir dichos delitos, y a la espera de que el Tribunal Constitucional (vía judicial a nivel del Estado) respondiera a mi reclamación, pensé que el máximo representante político a nivel estatal debía conocer lo que se cocía en Aragón y tomar las medidas necesarias. Para ello le envío copias de algunos documentos no judiciales que ha generado todo el proceso.

Día 27 de diciembre de 1999: Recibo la respuesta del Tribunal Constitucional a mi carta de 1 de diciembre de 1999. Parece que el cambio de milenio será positivo. Grandes señales vemos en los cielos judiciales.

Día 19 de enero de 2000: Se me comunica, vía telefónica, que los restos humanos, que entregué en el Juzgado de Instrucción de Fraga al médico Forense, tienen una antigüedad de entre 400 y 700 años y que se hará un informe con reportaje fotográfico y se me entregará una copia del mismo. Está más que claro que algo importante y muy antiguo estaba enterrado en el subsuelo de la Iglesia de Belver.

Día 23 de enero de 2000: Compruebo que en la finca donde han tirado los restos antropológicos y los cascotes procedentes de las obras de la Iglesia ya se está cultivando. Verbalmente lo comunico a la Guardia Civil de Belver.

31 de enero de 2000: Tras recibir la respuesta del Tribunal Constitucional comunicándome que envía las informaciones a la Fiscalía General del Estado, mi confianza en la Justicia Española se recupera un poco. Les envío misiva acompañada de documentación que les detallo. Sigo acusando a los mismos personajes calificándolos de TERRORISTAS DE GUANTE BLANCO.

Día 4 de febrero de 2000: Recibo carta firmada por Isabel Pita Cañas, Subdirectora General de la Secretaría del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Me quedo maravillado del absoluto grado de Autonomía de que goza España, que considero rayana en el Federalismo, al no poder incidir ni fiscalizar mínimamente el Gobierno Central a las Instituciones Autonómicas que sólo han de rendir cuentas a Dios y a la “Justicia”. Y si los “Tribunales de Justicia” consienten o participan en los delitos, entonces nos encontramos en el “Limbo de los Justos”.

¿Para qué funciones ha sido elegido el señor Aznar? ¿Para qué tiene un Gabinete? Este Gabinete, ¿para qué tiene una Secretaría? ¿Para qué la Dirección General de la Secretaría? ¿Para qué la Subdirección General de la Dirección General? ¿Cuantos chupópteros viven de nuestros impuestos? El señor Aznar ¿sólo sirve para meternos en una Guerra? Como él tiene sus muertos en sus tumbas, los demás podemos tenerlos en un vertedero ¿y no pasa nada? Si esto se hubiera hecho en el Monasterio del Escorial, ¿el señor Aznar respetaría, igual que aquí con la de Aragón, la Autonomía de la Comunidad de Madrid?

Día 7 de febrero de 2000: Voy al cuartel de la Guardia Civil de Belver a poner una nueva denuncia contra los implicados en los delitos terroristas de Belver. Me comunica el guardia de puertas que no les funciona el ordenador y por tanto no podré poner la denuncia. Le digo que volveré mañana.

Día 8 de febrero de 2000: Me presento nuevamente en el cuartel de la Guardia Civil con la finalidad de interponer mi denuncia. Me dicen que no está el jefe de puesto y que el ordenador sigue averiado, lo que supongo que es una escusa que yo atribuyo a presiones que están recibiendo. Casualmente hoy, el nuevo obispo de Barbastro-Monzón, Juan José Omella Omella, está en Belver.

Día 10 de febrero de 2000: Por tercera vez acudo al Cuartel de la Guardia Civil y compruebo que es cierto: reciben presiones político-eclesiástico-judiciales. Con lo que considero escusas fútiles para no redactar mi denuncia, me veo obligado a hacerlo yo mismo de mi puño y letra. A lo que no pueden negarse, es a aceptarla y darle curso. Me sellan una copia de la misma y me consta que la tramitaron en el Juzgado de Instrucción de Fraga y de ahí tendría que pasar a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Huesca, pero de todo ello jamás he recibido ninguna notificación del devenir de estas diligencias. ¡Valiente Estado de Derecho Constitucional y Democrático!

domingo, 21 de septiembre de 2008

Misma película ... diferentes actores.

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Día 1 de diciembre de 1999: Remito carta a mi distinguido amigo Marcelino Iglesias Ricou para que “siga ocultando” los delitos que cometen contra el Patrimonio de Aragón y muy especialmente el de la Franja de Ponent. En ella le propongo cinco preguntas que sé que no contestará porque el consorcio político-eclesiástico-judicial ha tomado la decisión de ocultar y callar y seguir delinquiendo contra nosotros por medio del Terrorismo Judicial, ya que es primordial para todos ellos la azarosa reclamación de Patrimonio a Catalunya.

El mismo día y en los mismos términos le escribo al emérito Fiscal de la Audiencia de Huesca y Justicia de Aragon, Fernando García Vicente, que en unión del Presidente de dicha Audiencia, Santiago Serena Puig, son los encargados de atentar contra nosotros.

Día 14 de diciembre de 1999: Viene a nuestra casa el abogado Xavier Revés i Noriega acompañado de un Notario para que le firmemos los poderes que le permitan actuar en nuestro nombre.

Día 20 de diciembre de 1999: Mando, desde Huesca, carta al nuevo Obispo de Barbastro-Monzón, Juan José Omella Omella, aún a sabiendas que tampoco iba a hacer nada, porque ellos están para cobrar de muertos y vivos las misas para las almas del inexistente Purgatorio, pero no para recuperar los restos que ellos mismos han tirado al vertedero.

El mismo día me presento en la Diputación Provincial para entregar, por Registro, una misiva para el Presidente de la Institución, Antonio Cosculluela Bergua. En el Registro me veo con dificultades para entrar dicha carta hasta el punto que el único comprobante que recibo es el sello, sin número de entrada, en una fotocopia del sobre de la carta. ¿Cual es el miedo que tiene esa Institución a que un ciudadano registre una carta que tiene todo el derecho de enviar a su Representante Democráticamente elegido?


El talante de todas estas últimas cartas, y otras que seguirán, es suficientemente provocador y directo para que se observe una reacción de las Instituciones Aragonesas, bien para secundar mis denuncias y terminar definitivamente con el “Caso Belver”, bien para iniciar acciones legales contra mi, un simple ciudadano sin más poder ni influencia que el que conceden las leyes que ellos mismos infringen, por cualquier cargo de calumnia, insulto, desacato o similares.

¿Por qué no proceden de ninguna de estas maneras? Pues porque creo que desde el primer momento las Instituciones se instalaron en la ilegalidad, primero con la prevaricación en las resoluciones judiciales tanto en la finca, como en el cementerio y la Iglesia, y con posterioridad, la ocultación e intento de acallarme hicieron que el encubrimiento de delitos se fuera haciendo cada vez más grave, y, como bola de nieve, se fuera agrandando y abarcando a más gente y de instancias más importantes.

¿Tan valioso resultó ser lo que expoliaron en la Iglesia de Belver para que el escándalo llegue a salpicar a personalidades a nivel Nacional? ¿O fue tan insignificante que les dio vergüenza reconocer el “estropicio” hecho por nada...?

jueves, 4 de septiembre de 2008

"El Contubernio"

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Día 26 de octubre de 1999: Envío carta a APUDEPA, con fecha de 27 de octubre, en la que les comento la respuesta que me envió el Justicia de Aragón el 1 de octubre. Si la causa de la Iglesia no está archivada y sigue trámite judicial, se me debería haber notificado. Alguien miente.

Día 29 de octubre de 1999: Viene a casa nuestro abogado de Lleida, Xavier Revés i Noriega, por el tema de la prevaricación que está cometiendo constantemente la Audiencia de Huesca en nuestra finca.

Día 23 de noviembre de 1999: Recibo respuesta de APUDEPA por medio de una carta firmada por Belén Boloqui. En ella me dan la razón con lo del pleito de la Iglesia, me cuentan que ellos se encuentran en situaciones semejantes y me animan a seguir luchando.

Día 1 de diciembre de 1999: Sigo luchando, como siempre he hecho, aún a sabiendas de que estoy ante un contubernio político-clérico-judicial donde por todos los medios se trata de ocultar los delitos de Belver de los Horrores y remito cartas al Presidente del Tribunal Constitucional y a otras autoridades. En ellas adjunto copia del artículo de APUDEPA publicado por el Heraldo de Aragón el día 21 de febrero de 1999, en su “Dominical” y donde se explican los hechos de Belver, aunque un poco “maquillados” por dicho periódico.

El Tribunal Constitucional me respondió, el día 20 de diciembre de 1999, conforme, a la vista de los hechos que les comunico, ponen el caso en manos de la Fiscalía General del Estado para que actúe “a los efectos que resulten procedentes”.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Quiere más pruebas, Sr. Garzón?

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Día 3 de noviembre de 1999: Mando una carta al Obispo de Barbastro-Monzón, Ambrosio Echevarría Arroíta, con motivo de su presencia en Belver, el día 30 de octubre, para las confirmaciones. Aprovecho para responderle la primera misiva que me envió en la que me pedía que no acudiese a los medios de comunicación para dar a conocer lo que había ocurrido en la iglesia de Belver. No sé cuál era su miedo a los medios viendo el corporativismo que reina entre ellos y los estamentos políticos, judiciales y eclesiásticos.

También le recrimino su falta de reacción ante los hechos de la Iglesia y la poca coherencia de su actuación con sus palabras “pastorales”.

Día 15 de noviembre de 1999: recibo la respuesta del Obispo Echevarría que transcribo a continuación:

“Querido Miguel:

He leído tu carta y siento no poder hacer nada. Ya te dije antes que lo que tú me planteas ya no tiene solución, menos pensando que todo se realizó antes de que yo fuera vuestro Obispo. Ahora se hace, si cabe, más difícil porque tengo que dejar la Diócesis de la cual soy sólo administrador y no Obispo. Cuenta con mi afecto y ruega por mi.

Con afecto, +Ambrosio Echevarría”

Tengo que reconocer que, al menos, este obispo contesta las cartas que reflejan, junto con el resto de documentación generada por los Entes Públicos implicados en ellos, los delitos de Belver de los Horrores.

Pero si es Obispo para hacer confirmaciones, visitas pastorales, etc, y también para reclamar, absurda e indocumentadamente, Patrimonio Histórico a otros obispados vecinos, no puede en buena ley, declararse “sólo Administrador” cuando se trata de poner orden en su Diócesis y recoger a los difuntos que violentamente sacaron de las tumbas del subsuelo de la Iglesia, después de convenientemente expoliados, y enterrarlos digna y cristianamente, y más teniendo en cuenta que pagaron sus buenas misas para ser enterrados en dicho lugar, tal como consta en sus testamentos.

“In Dei Nomine. Sea a todos manifiesto, que yo José Serrat viudo de Rita Fox, labrador y vecino del lugar de Belver, estando enfermo de mi persona, pero a Dios gracias en mi buen juicio, firme memoria, y palabra manifiesta y clara, revocando y anulando cualesquiera testamentos codicilos y otras últimas voluntades por mi antes de ahora dispuestas y ordenadas, ahora de nuevo de mi buen grado y cierta ciencia certificado de todo mi derecho hago y ordeno el presente mi último testamento última voluntad y disposición de todos mis bienes así muebles como sitios dondequiere habidos y por haber en la forma y manera siguiente. Primeramente encomiendo mi alma a Dios Nuestro Señor creador de ella, y le suplico humildemente que por su infinita misericordia la quiera colocar con sus Santos en la Gloria. Ídem. quiero y es mi voluntad que siempre y cuando Dios Nuestro Señor disponga que yo muera, sea mi cuerpo sepultado en la Iglesia Parroquial de este...”

“...Lugar, y que en ella se hagan por mi alma el entierro y funerales según costumbre de dicha Parroquia con sujetos de mi clase y circunstancias, a cuerpo presente: En cuyo entierro funerales, y misas rezadas celebraderas en dicha Parroquia por disposición de mis ejecutores abajo nombrados quiero y es mi voluntad se gasten hasta la cantidad de cincuenta libras jaquesas ...”

Hecho fue lo sobredicho en el lugar de Belver, a trece de noviembre del año contado del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de mil setecientos ochenta y siete, siendo a ello presentes por testigos Antonio Fox, y Francisco Rosera, ambos labradores y vecinos de dicho lugar. Está continuada y firmada esta escritura en su nota original según fuero de Aragón.

Signo de mi José Bajolín escribano de su Majestad en todos sus dominios, del Ayuntamiento y vecino de la villa de Alcolea de Cinca, que a todo lo sobredicho...”