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miércoles, 11 de marzo de 2009

Primer Obispo Implicado

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Foto: Diario del Alto Aragón

Día 29 de octubre de 2002: La abogada de Templespaña, Lourdes Alboreca, me comunica que la querella interpuesta por ellos ha reabierto el caso de la Iglesia.

Día 11 de diciembre de 2002: El Defensor del Pueblo remite carta a Montserrat Robreño Elías acusando recibo del escrito que ésta hizo denunciando el caso Belver.

En el mes de enero de 2003, tanto el cura como el inventor de aparatos y delitos “J. J. Soldevilla”, y creo que debido a su nerviosismo ante la nueva querella que se avecinaba, fueron propagando rumores e infundiendo miedo a la gente que se había manifestado a mi favor, amenazándoles con hacerlos personar en el juicio y sufrir las consecuencias que de ello se derivaran.

Día 28 de febrero de 2003: Hoy prestan declaración en el juzgado de instrucción de Fraga el cura, Isidro Berenguer Tomás, el alcalde, Jesús Alegre Estarán, y el inventor de aparatos y delitos, Juan José Soldevilla Bardají. Su abogado, como siempre, el ínclito Emilio Rubio Carretón. Me informa la abogada de Templespaña así como del contenido de sus declaraciones, a todas luces, según mi entender, falsas.

No podemos poner el contenido de estas declaraciones, ya que al no estar personado en la causa, no se me remitió copia, pero en su momento, y por las vías judiciales correspondientes, se solicitará la testificación de estos tres implicados y la del resto de demandados ya que entiendo que las autoridades aragonesas, españolas y vaticanas tienen que seguir ocultando estos delitos debido a sus absurdas e indocumentadas reclamaciones de Patrimonio a Catalunya.

Día 7 de marzo de 2003: Tenían que declarar en el juzgado de instrucción de Fraga por el mismo asunto el juez de Belver, José Carrasquer Pisa, el agricultor que trabajó en las obras, Joaquín Frauca Peruga, el responsable de la empresa constructora que trabajó en la Iglesia, Antonio Abad Bruno, y el arquitecto, Juan José Florensa Mateu. La juez ha suspendido estas declaraciones (¡menudo sainete si se hubieran producido y se confrontaran éstas declaraciones con las del día 28 de febrero!).

Día 2 de mayo de 2003: Tengo conocimiento que las obras de la Iglesia de Almudáfar, pueblo cercano a Belver, fueron detenidas por la juez de Fraga, la audiovisual María Elena Marcén Maza, en el momento en que aparecieron restos humanos en el subsuelo de la misma. Algunos hallazgos fueron trasladados a Zaragoza para su estudio y peritaje. ¿Por qué en Belver no se hizo lo mismo? ¿Como puede la juez Marcén aceptar que no apareciera nada en el subsuelo de la iglesia de Belver si sabe que en TODAS las iglesias antiguas se realizaron enterramientos hasta mediados del Siglo XIX?

Día 26 de junio de 2003: La DGA (*), ante la aparición de restos arqueológicos del convento de Agustinos de Fraga, también detuvo las obras que se realizaban en un solar. ¿Por qué encuentra normal que no se hiciera en Belver?

Día 3 de septiembre de 2003: La abogada de Templespaña me comunica el archivo de la querella interpuesta por esta Asociación aduciendo que ha prescrito “por no hacer las cosas bien los abogados de aquí”. La respuesta está muy clara: El caso Belver no interesa que salga a la luz.

Día 13 de octubre de 2003: Una representación de Chunta Aragonesista viene a ver mi biblioteca en la cual hay ya muy poco que ver pues dicho Patrimonio, por seguridad ante los hechos ocurridos y los que pudieran llegar a ocurrir, está ya mayoritariamente en Catalunya.

Día 19 de octubre de 2003: Montserrat Robreño nos comunica que ha escrito a todos los Delegados de Pastoral Universitaria, y por medio de correo electrónico les ha hecho llegar la información suficiente como para que no puedan alegar ignorancia, pero les pide que ellos tomen iniciativas. Evidentemente, el silencio fue la respuesta a sus mensajes.

(*) DGA: Diputación General de Aragón = Gobierno Autónomo de Aragón.


1 comentario:

mary-su sarlat dijo...

Una luchadora de la calidad de Montserrat Robrenyo no merecía tanto silencio por parte de los obispos.
Cualquier ser anónimo tampoco hubiese sido merecedor de un tal insultante silencio.
Pero a no confundirse, hay silencios que suenan como alaridos de alerta en el despertar de la gente, y éste parece ser uno de ellos.
Hna Mary-Su
Templaria