Día 8 de noviembre de 1998: Nuevamente delinquen en nuestra finca por medio de José Lozano Nasarre y su hijo, José Antonio Lozano Mestre. Me insultan y me amenazan con respecto a las chatarras que habían colocado en nuestra finca. Lo denuncio ante la Guardia Civil de Belver, sabiendo que será archivada y hecha prescribir, tanto por el Juzgado de Instrucción de Fraga como por sus amos de la Audiencia Provincial de Huesca.
Día 20 de noviembre de 1998: Le envío carta de respuesta a Ana Grande Oliva a propósito del interés del Gobierno de Aragón por el futuro de mi Patrimonio Documental y Bibliográfico. Le comunico que yo, como mis antepasados, lo conservo con sumo esmero y cuidado porque sé que “los pueblos que olvidan su pasado serán esclavos de su futuro” y hoy por hoy no puedo confiar en ninguna autoridad ni Administrativa (DGA, etc.), ni Eclesiástica, ni mucho menos en las Instancias Judiciales de Aragón ante los hechos acaecidos tan impropios de un Estado de Derecho, que me hacen poner en duda este Estado de Derecho: asalto, saqueo y profanación de la Iglesia de Belver y todos los demás delitos que se han cometido y se siguen cometiendo.
También me comunica mi abogado que hoy declara en Fraga el insigne inventor de aparatos y delitos, Juan José Soldevilla Bardají. Al parecer a propósito de una denuncia que interpuso contra mi, de los delitos que él comete en nuestra finca, amparado por el ínclito abogado de Fraga, Emilio Rubio Carretón. La documentación de la denuncia y atestado no se me entregó. Según su declaración yo impedí su paso por el camino que da acceso a nuestra finca enclavada, con piedras colocadas en el mismo, que, después de ser fotografiadas por un fotógrafo profesional, que no declaró, desaparecieron para hacerle quedar mal ante el juez. Tarda más de un año en denunciarlo (desde octubre de 1997) y nombra como testigo a otro cazador que “cree” que se llama Julio Senar, quien a parte de cazar, presuntamente, en coto en reserva, tampoco fue llamado a declarar.
Quien sí es llamado a testificar, el día 19 de febrero de 1999, es otro “sobrino”, Jesús Miguel Soldevilla Bernat (lo que hace tener una familia amplia), hijo de un primo hermano, quien manifiesta que el año pasado fue amenazado por mi, de forma directa e indirecta (a través de terceros). ¿Por qué no me denunció en su día? También declaró que por terceras personas, que no cita, tiene conocimiento que a otro tío suyo, José Delpui Laveira, le dije que sabía utilizar muy bien una guadaña, que, según él, siempre debo de llevar a punto en el tractor por si las moscas, y que al que pasara por el camino .... (¿qué camino?, ¿que le haría con la guadaña?).
También testifiqué yo, el 14 de diciembre de 1998, limitándome a negar los cargos, ni puse ni quité las piedras, ni amenacé de muerte a nadie. Ante la insinuación de haber retirado las piedras al conocer la denuncia, me remití a mi negativa anterior: ni las puse ni las quité. Manifesté que me sentía acosado por el denunciante ante tanta persecución con falacias y mentiras sobre mi persona.
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