TRADUCIR EL BLOG. (TRANSLATE)

martes, 6 de noviembre de 2007

1994 - 1997 (1ª Parte)



Durante este tiempo se me presiona a base de conflictos judiciales que me ocupan el tiempo y me apartan de los lugares y ocupaciones desde los que puedo estar al tanto de lo que ocurre en la Iglesia.

El interés que se tiene en mi participación en el expolio de la Iglesia, es mi conocimiento, a través de los documentos existentes en mi biblioteca, sobre los enterramientos realizados durante siglos bajo el suelo de la Iglesia.

Coincide todo esto con el cambio de Diócesis. Las parroquias de la Franja de Ponent pasaron a depender del Obispado de Lérida al recién constituído Obispado de Barbastro - Monzón. El proceso da comienzo el 17 de setiembre de 1995 (aunque su anuncio fue anterior) y finaliza el 15 de junio de 1998. El interregno es un período de "vacío de poder".

23 de abril de 1994: Viene el Juez de Paz de Belver, José Carrasquer Pisa, a nuestra finca, denominada "Planas Altas", a insultarme y a amenazarme si no tomo parte en "lo que ya sé" y que "el Ayuntamiento ya te arreglará el bulto" y "te vamos a meter una de juicios en esta finca que no vas a acabar nunca". Frente a esto, pongo la denuncia correspondiente ante la Guardia Civil de Belver.
Se inician las diligencias (Documento 1) y termina todo el proceso el 30 de noviembre de 1994 celebrándose, según mi opinión, un simulacro de juicio en el Juzgado de Primera Instancia de Fraga, en el cual se me quita la razón. Aún no puedo comprender cómo la Juez de Fraga, Doña María Luisa Casares Villanueva, no tuvo en cuenta que el Juez de Paz vino a mi finca identificándose como tal y, valiéndose del cargo, intentó intimidarme, cuando, según mi entender, los Jueces, sean o no de Paz, han de actuar de muy diferente manera.

De ésta y otras actuaciones que tuvieron lugar durante los juicios que relataré, no tengo toda la documentación porque no se me entregó en su día y, posteriormente, cuando la reclamé se me denegó (Documento 2)

12 de enero de 1995: Viene a mi finca de "Planas Altas", el propietario de la finca vecina, Juan José Soldevilla Bardají, a darme un ultimátum: o me adhiero a ellos en el expolio de la Iglesia o me atengo a las consecuencias. Me propone que si me uno a ellos, esa misma tarde podemos ir a ver a su abogado en Fraga, que según me dice él es Emilio Rubio Carretón. De él recibiré instrucciones, garantizándome total impunidad.
Lo echo de mi finca manifestándole una vez más que nunca seré cómplice de semejante aberración.

No hay comentarios: